viernes, 28 de agosto de 2009

La crisis en el modelo consolidado



La forma actual de funcionamiento del capitalismo en Chile tiene más de 25 años. Pasó por un período de destrucción y de creación de nuevas condiciones. Los impactos sociales fueron muy profundos.
Cuando la economía chilena empieza a crecer en forma muy dinámica y prolongada (1986-1993) a pesar que el crecimiento de la producción se acompañó de un gran crecimiento de la ocupación los problemas sociales no se resolvieron.
A partir de 1993 y hasta 1997, la economía sigue creciendo a tasas muy elevadas (7% promedio anual), sin embargo, disminuye fuertemente su capacidad de generar empleo. Además, se profundiza el proceso de transformación de empleos relativamente buenos en empleos precarios. La pobreza es explicada cada vez más por trabajadores pobres. En este período la mala distribución del ingreso permanece e incluso empeora (ver cuadro Nº 2).

La crisis de inicios de los 80 impactó muy profundamente a la economía chilena y generó niveles muy elevados de pobreza. El fuerte crecimiento económico llevó de nuevo a que los niveles de pobreza en los últimos años, previo a la crisis actual, se acercaran a los niveles de inicios de los 70, es decir, previos a la actual forma de funcionamiento del capitalismo en Chile. En términos porcentuales la pobreza fue en 1987, en términos porcentuales, de 45,1%, en 1992 fue de 32,6% y en 1998 bajó a 21,7%. A inicios de los 70 era de 19%. En términos absolutos, la pobreza total en 1998 supera los 3.200.000 personas; a inicio de los 70, la pobreza total, era menor a 2 millones de personas. En el período reciente de fuerte crecimiento económico y poca generación de empleo se acuñó el término "núcleo duro de la pobreza" (ver cuadro Nº 3).



Con la crisis actual, expresada particularmente en 1999, los problemas sociales y la pobreza, que no fueron resueltos cuando la economía crecía se han agravado en forma substancial. El desempleo reciente (1999) ha sido masivo y rápido debido a la profundidad de la flexibilidad laboral y a que la ocupación ha sido la variable de ajuste aplicada como parte de la lógica del funcionamiento del modelo implantado por la dictadura y profundizado por los gobiernos de la Concertación. Es posible que la recuperación económica, en un contexto de crecimiento de la producción, marque como tendencia una acentuación de la poca capacidad de creación de empleos.
La actual forma de funcionamiento del capitalismo en Chile —ya consolidada— muestra que no se trata sólo de los costos sociales de los llamados "ajustes estructurales" ya que esto remite a una situación transitoria. Más bien los problemas sociales hacen parte de la lógica interna de la actual forma funcionamiento del capitalismo.

sábado, 15 de agosto de 2009

CONFLICTO MAPUCHE EN 1997

La quema de camiones de Lumako, en diciembre de 1997. es el hecho más significativo de una nueva etapa de acciones iniciadas por las comunidades mapuche para llamar la atención sobre la situación de pobreza y marginación en que viven. Este hecho marcaría un cambio en la forma de plantear sus demandas. Lo que vendrá no es tan claro y se refleja en la incertidumbre que provocan los cambios en el actual proceso, como son las iniciativas tomadas por el gobierno y las propias dinámicas al interior de las organizaciones mapuche. Sin embargo, es posible afirmar que una nueva forma de diálogo se producirá entre el pueblo mapuche y el Estado chileno y que las comunidades indígenas están cada vez más cerca de acceder a derechos que en el ámbito internacional han tenido un sostenido desarrollo.
Tras las movilizaciones están las exigencias de estos derechos pero, principalmente. la urgencia de enfrentar la creciente degradación del entorno donde viven y las políticas sociales y económicas que están afectando definitivamente la supervivencia social, económica y cultural de este pueblo.
Los avances en el sistema internacional de derechos humanos y de protección de los pueblos indígenas constituyen un aporte valioso a la lucha desplegada por las comunidades mapuche en la restitución de sus derechos. Y el trabajo de las organizaciones de derechos humanos debe acompañar este proceso.